martes, 2 de enero de 2018

Escapada a Donostia



En nuestro tercer día de visita por estas tierras elegimos como destino la ciudad de  San Sebastián, "Donostia" en euskera. Un lugar precioso y  conocido por sus pinchos, su festival de cine y claro está, por la famosa Playa de la Concha.

Llegamos en coche, así que buscamos un lugar donde aparcar y unirnos al bullicio de la ciudad. Comenzamos el recorrido por una punta de la bahía de la Concha y buscamos el viejo funicular que lleva funcionando desde 1912. Por poco más de 3 euros el billete nos permite subir y bajar del monte Igeldo.

Al bajar del funicular parada necesaria de toda la gente son las terrazas panorámicas, en  donde podremos contemplar,  y claro está fotografiar la impresionante Bahía de la Concha.






La vista desde el Monte Igeldo es preciosa, hace calor, pero corre una ligera brisa que nos permite recorrer la zona bajo el sol del verano.






Aquí arriba hay un viejo parque de atracciones de los que estamos acostumbrados a ver en las películas antiguas, vamos de esos que ya no quedan en ningún sitio . Junto al parque  se eleva una torre llamada “el Torreón” que fue construida en el siglo XVI. Se puede acceder al mismo previo pago de  la correspondiente entrada, nosotros no subimos, poco más se puede ganar en vistas al subir, únicamente permite ver los acantilados  de la otra parte del monte Igeldo.



Par los que quieran un hotel desde donde puedan ver toda la ciudad, aquí arriba tienen uno.

De regreso en el funicular bajamos a visitar el Peine del Viento, un grupo de esculturas de acero  que se encuentra situado en un extremo de la bahía de La Concha, al final de la playa de Ondarreta. Puede decirse que es la obra  más famosa de Chillida y uno de los iconos más reconocibles de la ciudad. El lugar se pone a tope de gente para ver como  golpean las olas . También hay unos orificios  que al  romper las olas por debajo  lanzan el aire al cielo atravesando unas  pequeñas aberturas existentes  en el suelo. Los niños se divierten poniéndose encima de ellos.



Famoso por tener la mayor concentración de bares del mundo, el Casco Viejo de San Sebastián está formado por estrechas calles situadas al pie del monte Urgull. Así que nos dirigimos para allí a probar los famosos pinchos. Desgraciadamente encontramos que eran mucho mas caros que los que tomamos en Pamplona, tal vez nos vieron cara de turista, así que en ese punto nos quedamos con los que probamos en Estafeta, bastante más económicos e incluso algunos más buenos.




Por último visitamos el antiguo Casino ahora  sede del  Ayuntamiento de Donostia y nos dirigios a otro lugar no demasiado conocido, el Palacio de Miramar.



Se trata de una edificación de estilo inglés construido a finales del XIX , la reina María Cristina lo utilizó como residencia de verano de la monarquía española. Está situado  en un promontorio en plena Bahía de la Concha, frente a las playas.  Desde 1972 el palacio es propiedad del ayuntamiento de San Sebastián y el acceso a sus jardines es libre, mientras que el edificio del palacio únicamente se abre al público en contadas ocasiones. 

Aprovechamos para tumbarnos en el césped de los jardines rodeados de flores y exposiciones, pudiendo contemplar unas magnificas vistas de las playas de la Concha y Ondarreta, de los montes de Igeldo y Urgull y la isla de Santa Clara al fondo.




Y con esto damos por finalizada la visita a la bonita Donostia y regresamos a nuestro lugar de descanso .

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Crucero "Un mar, mil maneras de vivirlo". MSC Divina . 4º. día a bordo CIVITAVECCHIA

Civitavecchia es una ciudad portuaria  a 80 kilómetros del noroeste de la capital del país, en la región del Lacio. Es considerado el p...